Los combustibles fósiles son una fuente de energía no renovable que ha sido utilizada por el ser humano durante miles de años. Hay tres tipos de combustibles fósiles: el carbón, el petróleo y el gas natural. Cada uno de ellos se forma a partir de los restos de organismos vivos que han estado enterrados durante millones de años bajo capas y capas de roca sedimentaria.
A medida que las placas tectónicas de la Tierra se mueven con el tiempo, comprimen las rocas sedimentarias y forman depósitos subterráneos donde se almacenan estos combustibles fósiles. Estos depósitos pueden ser explotados o extraídos de pozos subterráneos para que podamos utilizarlos como fuente de energía hoy y en el futuro, ¡pero no para siempre!
El carbón: el primer combustible fósil consumido por el ser humano
El carbón es un combustible fósil formado por materia orgánica. Es posible que reconozca la palabra «carbón» como un nombre alternativo para el carbón vegetal, o madera que ha sido calentada para eliminar el agua y otros compuestos volátiles. Sin embargo, el carbón utilizado para generar electricidad hoy en día procede de capas de roca sedimentaria creadas a partir de material vegetal muerto (llamado turba) que se comprimió bajo el peso de otros sedimentos durante millones de años.
Además de quemarse para obtener energía, el carbón también puede utilizarse en procesos de fabricación de acero debido a su alto contenido en carbono, pero antes de que eso ocurra, hay que eliminar todas esas molestas impurezas. Para que se pueda utilizar como combustible y no se elimine mediante técnicas más refinadas, como las de extracción o las de purificación (sí, hay dos palabras diferentes), hay que eliminar primero determinados minerales.
Esto se hace mediante un proceso llamado beneficio, que consiste en triturar y calentar las materias primas en trozos más pequeños, llamados finos, lo que permite eliminar los minerales no deseados, como el dióxido de azufre, y dejar los valiosos, como el mineral de hierro.
El petróleo: la energía fósil más popular
El petróleo es un combustible fósil que se utiliza para fabricar muchos productos, como la gasolina, el gasóleo y el combustible para aviones. Procede de plantas y animales muertos que han estado enterrados durante millones de años. El petróleo es un líquido que se encuentra en las rocas del subsuelo o bajo el océano.
Las compañías petroleras perforan pozos profundos en estas rocas y bombean el petróleo del suelo por medio de oleoductos hasta las refinerías, donde se transforma en diversos productos útiles.
El gas natural, ¿otro combustible fósil?
El gas natural está formado por una mezcla de gases, principalmente metano y propano. Está compuesto principalmente por metano y propano. Puede utilizarse para calentar y cocinar, pero también tiene otros usos, como alimentar vehículos o generar electricidad en centrales eléctricas.
El gas natural no es renovable porque se necesita materia viva para producirlo. Los combustibles fósiles se formaron hace millones de años cuando las plantas murieron, quedaron enterradas bajo tierra y, con el tiempo, se convirtieron en carbón o petróleo por el calor y la presión de la superficie terrestre sobre ellas (este proceso se llama «fosilización»).
La historia de los combustibles fósiles se remonta a millones de años
El petróleo y el gas natural son productos de la descomposición de la materia orgánica en carbono e hidrógeno. El primer combustible fósil consumido por el ser humano fue la madera, seguida del carbón vegetal, que se producía a partir de la madera.
A medida que las civilizaciones fueron creciendo y avanzando, necesitaron una forma más eficiente de calentar sus hogares y cocinar los alimentos. Esto condujo al uso del carbón como principal fuente de calor a través de chimeneas o estufas. Los primeros combustibles fósiles fueron el carbón y el petróleo.
El carbón se encuentra a menudo bajo el suelo
El carbón se forma a partir de materia orgánica. El carbón es una roca sedimentaria que se forma cuando la materia orgánica, como las hojas y la madera, se acumula durante millones de años. Se puede encontrar en muchas partes del mundo, como China, Australia y América.
Los combustibles fósiles también se denominan no renovables porque no se pueden volver a fabricar una vez que se han agotado (se «agotan» cuando los quemamos). Los combustibles fósiles son el petróleo, el gas natural y el carbón. Existen desde hace millones de años, pero todos los combustibles fósiles acaban por agotarse.
El petróleo se formó a partir de materia viva
El petróleo es un combustible fósil, formado a partir de los restos de plantas y animales antiguos. El gas natural también es un combustible fósil, pero es diferente del petróleo. El petróleo se formó a partir de organismos marinos; el gas natural se formó a partir de plantas terrestres.
Un combustible fósil es cualquier sustancia que pueda quemarse para liberar energía, es decir, carbón (hulla), petróleo (aceite), gas natural (metano).
El gas natural está compuesto por una mezcla de gases, principalmente metano y propano
- El gas natural está compuesto por una mezcla de gases, principalmente metano y propano. Se encuentra en forma de metano (CH4), que también es un gas de efecto invernadero.
- El propano es un hidrocarburo, lo que significa que sus moléculas están compuestas por hidrógeno unido químicamente a átomos de carbono. Puede utilizarse como combustible, pero no puede sintetizarse a partir de otros compuestos sin procesos naturales como la fotosíntesis porque no contienen suficiente hidrógeno.
Los combustibles fósiles son energías no renovables
Los combustibles fósiles son fuentes de energía no renovables que proceden de los restos de plantas y animales que han estado enterrados durante millones de años. Estos combustibles fósiles incluyen el carbón, el petróleo y el gas natural.
Cuando se utilizan estos combustibles fósiles para producir electricidad o calentar el hogar, se consideran no renovables porque son recursos finitos. Eso significa que nunca podremos volver a ponerlos en la tierra una vez que se hayan agotado: ¡no vuelven a crecer como los árboles!
Los combustibles fósiles se convierten en una fuente no renovable cuando se queman; sin embargo, hay otras formas de utilizarlos, así como diferentes tipos disponibles según el lugar donde se viva (carbón frente a gas natural), por lo que, aunque se clasifiquen como no renovables, no significa que no podamos reutilizarlos una vez extraídos del subsuelo.
No podemos seguir dependiendo de los combustibles fósiles para satisfacer nuestras necesidades
Después de leer este artículo, deberías saber que existen diferentes tipos de combustibles fósiles y dónde se encuentran. También deberías haber aprendido que estos combustibles pueden utilizarse para crear electricidad y calentar los hogares o las empresas. Sin embargo, es importante que dejemos de depender de los combustibles fósiles lo antes posible porque son recursos no renovables. En su lugar, tenemos que empezar a utilizar fuentes de energía renovables, como la energía solar y los aerogeneradores.
Los combustibles fósiles no son renovables, por lo que acabarán agotándose. Tenemos que encontrar otras formas de satisfacer nuestras necesidades energéticas, como la energía solar y la eólica.