Las energías renovables son aquellas que pueden renovarse sin agotarse. Hoy en día, el uso de las energías renovables es fundamental para hacer frente a los problemas ambientales, sociales y económicos globales, como el efecto invernadero o la capa de ozono, la deforestación y la enorme crisis alimentaria en muchas partes del mundo. Tienen un papel muy relevante en la política mundial, lo que ha llevado a una serie de acuerdos internacionales entre los principales países para reducir sus emisiones a la atmósfera.
Existen varios sistemas de clasificación para este tipo de fuentes de energía. En esta ocasión nos centraremos en el propuesto por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de España. Clasifica las energías renovables en función de su origen en 3 tipos: energía solar energía eólica biomasa producción de electricidad a partir de aguas residuales bombas de calor con energía geotérmica saltos de agua energía mareomotriz olas
Las energías renovables son aquellas que pueden renovarse sin que se agoten
La energía renovable es un tipo de energía que puede renovarse sin agotarse. Procede de fuentes naturales como la luz solar y el viento, y no produce emisiones nocivas ni contribuye al cambio climático.
Las fuentes de energía renovable se consideran sostenibles porque pueden reponerse a lo largo del tiempo, a diferencia de los combustibles fósiles, como el carbón, que tardan millones de años en formarse y una vez que se agotan se van para siempre. La energía renovable también se conoce como energía «verde» o «limpia», porque no contamina el medio ambiente.
La energía renovable es una forma de energía que proviene de recursos naturales -como la luz solar, el viento y la lluvia- que se reponen con el tiempo. Estas fuentes no se agotan como los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, que tardan millones de años en formarse pero que, una vez agotados, desaparecen para siempre.
Las energías renovables son una solución al calentamiento global
Las energías renovables son una solución al calentamiento global y a la crisis alimentaria en muchas partes del mundo. El uso de la energía renovable es fundamental para cebar los problemas medioambientales, sociales y económicos globales, como el efecto invernadero o la capa de ozono, la deforestación y la enorme crisis alimentaria en muchas partes del mundo.
Lo más importante que hay que saber sobre las energías renovables es que son sostenibles. Las fuentes renovables son recursos naturales que pueden utilizarse indefinidamente porque no se agotan; por ejemplo, el agua puede volver a utilizarse sin agotarse como lo hace el combustible fósil cuando se quema (de ahí que no debamos quemar más combustibles fósiles).
El uso de energías renovables no sólo es bueno para el medio ambiente y nuestro clima, sino también para la economía. Las energías renovables son un factor clave para crear empleo y crecimiento económico en muchos países y regiones.
Las energías renovables son un recurso importante para el futuro
Las energías renovables son un recurso importante para el futuro. Las fuentes de energía renovables proporcionan emisiones de dióxido de carbono bajas o nulas, lo que contribuye a mitigar el cambio climático global.
El uso de las energías renovables también es beneficioso para la salud de las personas porque no emiten sustancias tóxicas a la atmósfera y mejoran la calidad del aire. La principal ventaja de este tipo de energía es que podemos producir más que suficiente para satisfacer las necesidades de la humanidad, por lo que ya no necesitamos depender tanto de los combustibles fósiles.
El uso de energías renovables también es beneficioso para la salud de las personas porque no emiten sustancias tóxicas a la atmósfera y mejoran la calidad del aire. La principal ventaja de este tipo de energía es que podemos producir más que suficiente para satisfacer las necesidades de la humanidad, por lo que ya no necesitamos depender tanto de los combustibles fósiles.
Existen varios sistemas de clasificación para este tipo de fuentes de energía
Existen varios sistemas de clasificación para este tipo de fuentes de energía. Nosotros utilizaremos el sistema de clasificación del IDAE, porque es el que utiliza el gobierno español y es exhaustivo. Las tres categorías que se clasifican en este sistema son la biomasa, la solar y la energía del movimiento (viento o agua).
La biomasa es un material biodegradable que puede utilizarse para producir energía. En este caso se utiliza como combustible para la generación de electricidad o calor. Los combustibles de biomasa más comunes son la madera y los residuos agrícolas, pero también hay otras fuentes como los residuos de la industria alimentaria (por ejemplo, los lodos).
Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de España
En esta ocasión, nos centraremos en el propuesto por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) de España.
El sistema de clasificación del IDAE se utiliza en España. Divide las energías renovables en tres tipos:
- Energías renovables: producidas a partir de fenómenos naturales que utilizan la radiación solar, el viento, la energía hidroeléctrica o el calor geotérmico de la corteza terrestre. No dependen de los combustibles fósiles ni de las reacciones de fisión del uranio para funcionar correctamente.
- Bioenergía: producida por la biomasa (plantas y residuos animales) u otras materias orgánicas como los gases de vertedero y los lodos de depuradora que se han convertido en energía mediante un proceso conocido como combustión indirecta.
- La biomasa puede utilizarse directamente como troncos de madera para combustible o carbón vegetal; alternativamente, puede transformarse en biogás mediante digestión anaeróbica seguida de metanización con posterior recuperación del metano producido en las etapas uno y dos; finalmente, el biogás también puede convertirse en biocombustible mediante procesos de pirólisis que producen combustibles líquidos como etanol (E85), biodiésel (B100) o hidrógeno a altas temperaturas superiores a los 200 grados centígrados mediante procesos térmicos en los que se añade oxígeno antes de poner en marcha cualquier proceso de operación en función del tipo de producto que deba obtener el usuario final.»
Según el IDAE, existen 3 tipos de energías renovables, que se distinguen por su origen
La energía renovable es un recurso natural inagotable que puede utilizarse como fuente de energía. La biomasa es una de las fuentes de energía renovable más utilizadas, ya que está ampliamente disponible en la Tierra. Incluye toda la materia orgánica disponible en la Tierra, como los árboles, las plantas, los residuos animales y los residuos alimentarios
La biomasa también se considera una fuente de energía renovable porque puede reponerse en un corto periodo de tiempo. Sin embargo, su uso genera gases nocivos para la atmósfera (especialmente el metano). Los combustibles de biomasa más comunes e importantes son Leña y pellets de madera. La biomasa también se utiliza para generar electricidad, calor y biocombustibles.
Las energías renovables nos proporcionan recursos naturales para nuestras necesidades energéticas
Las energías renovables son recursos naturales que se renuevan de forma natural y continua. Las energías renovables son la solar, la eólica, la hidroeléctrica y la geotérmica.
La energía renovable es una fuente de energía sostenible que no se agota con el tiempo como los combustibles fósiles. Utilizando fuentes de energía renovables podemos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, lo que ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, así como las emisiones nocivas que contribuyen al calentamiento global.
Las fuentes de energía renovables también son un excelente medio para generar ingresos en muchos países del mundo; esto ayuda a las personas que viven en zonas rurales, donde hay menos oportunidades de empleo, ya que les proporciona fuentes de ingresos autosuficientes.
Las energías renovables deben ser tratadas como una herramienta fundamental para el futuro de la humanidad. Son fuentes que se renuevan y no tienen límite, por lo que pueden abastecer todas nuestras necesidades de energía. Además, no contaminan el medio ambiente ni emiten gases de efecto invernadero en él, por lo que son mucho más seguras que los métodos tradicionales, como la combustión del carbón o del petróleo.
Sin embargo, esto no significa que deban utilizarse indiscriminadamente sin tener en cuenta su impacto en la salud y el bienestar de las personas, ya que aunque no liberan humos tóxicos como los combustibles tradicionales cuando se queman, no obstante, algunos tipos como los biocombustibles pueden causar contaminación ambiental si son mal gestionados por las industrias que los utilizan para su proceso de producción.
