Cualquiera que haya prestado atención a la escena energética mundial sabe que la industria del petróleo y el gas está en graves problemas. Se ha visto muy afectada por la caída de los precios del petróleo y la creciente competencia de otras fuentes de energía renovables.
Además, el auge de la fracturación hidráulica de los últimos años ha acelerado probablemente el cambio climático global. El proceso de extracción de gas natural mediante la fracturación hidráulica, o fracking, implica la voladura de una mezcla de agua, arena y productos químicos en las profundidades de la tierra.
Este proceso produce un potente gas de efecto invernadero conocido como metano. El problema es que tanto el petróleo como el gas producen grandes cantidades de dióxido de carbono, así como otras emisiones que tienen un efecto desmesurado en nuestra atmósfera.
Afortunadamente, hay formas de reducir estas emisiones sin dejar de producir energía con una baja huella de carbono.
Una nueva ley en Chile exige que se restrinja la cantidad de emisiones de carbono emitidas por el desarrollo del petróleo y el gas, lo que esperamos que haga menos atractivo para los desarrolladores de todo el mundo que buscan aumentar su capacidad de producción a cualquier precio.
¿Qué es la matriz energética de Chile?
Chile es un país latinoamericano con una rica historia de producción energética sostenible. El país cuenta con una densa mezcla energética, compuesta por petróleo, gas natural y energías renovables, que fue la clave de su éxito bajo la dictadura marxista y en los años posteriores a la misma.
Chile ofrece una amplia gama de opciones energéticas sostenibles, como la solar, la eólica, la hidráulica y la biomasa. Alrededor de dos tercios de la energía del país se generan a partir de fuentes de energía renovables, principalmente el sol y el viento.
Cómo planea Chile limitar las emisiones de la explotación de petróleo y gas
El primer paso para limitar las emisiones de los combustibles fósiles es garantizar que el desarrollo no se realice en zonas con altos índices de contaminación del aire y del agua.
El gobierno de Chile ha tomado una serie de medidas para reducir estas emisiones, como la creación de un marco regulador para la fracturación hidráulica, o fracking, y para la producción de gas natural licuado.
El país también exige a las empresas que planean desarrollar recursos para garantizar que no causan una contaminación significativa, incluidas las que planean desarrollar petróleo o gas, que obtengan un permiso.
La nueva ley de energía de Chile
La ley energética chilena va más allá que la mayoría de las leyes energéticas nacionales, ya que regula directamente las emisiones de la explotación de petróleo y gas.
La nueva ley limita la cantidad de metano, un potente gas de efecto invernadero, que pueden emitir las explotaciones de petróleo y gas a niveles medios de 50 toneladas al año.
También establece normas de emisión recientemente aprobadas para la producción de lignito, un tipo de carbón utilizado para generar electricidad, que supondrá unas emisiones medias de 60 toneladas de dióxido de carbono al año.
Además, la ley limita la cantidad de óxidos de nitrógeno de polvo fino que pueden emitir las operaciones de petróleo y gas a niveles medios de 100 toneladas al año, lo que supondrá una producción media anual de unas 60 toneladas de CO2.
¿Qué significa la ley energética chilena para el panorama energético mundial?
La nueva ley es un gran paso adelante para la energía sostenible en Chile, como lo es para gran parte de América Latina. La ley ha sido considerada como un modelo para otros países latinoamericanos, y un experto considera que tiene «enormes implicaciones» para el panorama energético mundial.
«Al establecer normas de emisiones para la producción de lignito», dijo, «Chile ha hecho una importante contribución a la modernización del sector energético y al cambio de los combustibles fósiles a las energías renovables».
Se espera que la ley tenga un impacto significativo en el panorama energético mundial, ya que influirá directamente en los esfuerzos de los países en desarrollo por satisfacer sus necesidades energéticas.
«Con estas normas en vigor», dijo el experto, «las empresas de servicios públicos chilenas tendrán que invertir mucho más en suOSL [sistema anticuado] y en la mejora de su calidad del aire para cumplir las normas internacionales».
El reto de Chile para el futuro
Aunque la nueva ley es un gran paso adelante para la energía sostenible en Chile, no tiene en cuenta las crecientes necesidades energéticas del país.
De hecho, el país está haciendo progresos significativos en la reducción de su dependencia del petróleo importado, pero se espera que sus futuras necesidades energéticas superen con creces su suministro actual.
A medida que el país dependa cada vez más de la energía solar y eólica, también tendrá que ampliar sus líneas de transmisión y distribución para distribuir estas fuentes de energía a todas las partes del país y a los lugares de exportación.
Del mismo modo, a medida que más personas adopten la energía solar y eólica, la cadena de suministro energético del país tendrá que modernizarse para hacer frente a un número creciente de centrales y cargas.
El reto para Chile será garantizar que su sector energético mantenga su modernidad y, al mismo tiempo, satisfaga la creciente demanda de energía.
Chile es un socio comercial estratégico para Estados Unidos, y se espera que la nueva ley de energía tenga un impacto significativo en el sector energético del país. A medida que aumente la dependencia del país del petróleo importado, el mercado energético en Chile se complicará.
Dicho esto, el país cuenta con un sólido sector energético y una merecida reputación de ser ambientalmente sostenible. Las nuevas leyes energéticas que imponen límites estrictos a las emisiones de la explotación de petróleo y gas deberían contribuir a mejorar aún más la imagen del país.
Las autoridades chilenas han demostrado un fuerte liderazgo en el ámbito de las energías renovables. El país ha dado un gran paso adelante en 2011 con la inauguración del primer parque eólico de Sudamérica.
Se espera que la nueva ley sobre las emisiones del desarrollo del petróleo y el gas consolide aún más la posición de Chile como líder en el sector.