El mundo se enfrenta a una crisis energética que debe resolverse pronto. El problema no es sólo cómo reducir las emisiones de carbono, sino también cómo encontrar formas asequibles de producir electricidad sin utilizar combustibles fósiles.
La solución más viable pueden ser las tecnologías de generación de energía renovable, que pueden producir electricidad limpia a partir de fuentes como la energía solar y las turbinas eólicas.
Sin embargo, son muchos los retos que se interponen en el camino de su adopción generalizada: los elevados costes de puesta en marcha; la falta de capital de inversión para las pequeñas empresas; la opinión pública sobre los posibles impactos ambientales.
La limitada disponibilidad de la infraestructura necesaria para transportar la electricidad generada por estas tecnologías desde las zonas rurales donde suelen construirse hasta las zonas urbanas donde podría utilizarse de forma más eficaz; etcétera.
Muchos países han establecido ambiciosos objetivos de generación de energía renovable
Muchos países han fijado ambiciosos objetivos de generación de energía renovable. Sin embargo, hay un sinfín de retos para alcanzar estos objetivos.
En Estados Unidos, se espera que el Plan de Energía Limpia (CPP), cuyo objetivo es reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas en un 32% para 2030 en comparación con los niveles de 2005, sea derogado bajo la nueva administración del presidente Trump.
Esto puede afectar negativamente a los esfuerzos de EE.UU. por reducir su huella de carbono y alcanzar su promesa del Acuerdo de París de reducir las emisiones en un 26% para 2025 en comparación con los niveles de 2005.
En general, sin embargo, muchos países han hecho caso a los llamamientos a una mayor acción sobre el cambio climático y los objetivos de energía renovable, pero ¿hasta dónde pueden llegar?
Aunque muchos gobiernos fomentan el desarrollo y el uso de las energías renovables
Aunque las energías renovables son cada vez más populares, muchos gobiernos desalientan su desarrollo y uso mediante subvenciones, incentivos fiscales y otras ayudas públicas. Los elevados costes de explotación y la falta de capital de inversión disuaden a los empresarios de invertir en esta tecnología sostenible.
Las energías renovables aún no son competitivas en cuanto a costes con los combustibles fósiles o la energía nuclear. Los elevados costes iniciales asociados a la construcción de parques eólicos o plantas fotovoltaicas han dificultado que estas tecnologías compitan comercialmente con fuentes tradicionales como el petróleo o el carbón.
El elevado coste inicial de puesta en marcha de los nuevos proyectos de energías renovables
El elevado coste inicial de puesta en marcha de los nuevos proyectos de energías renovables es un importante obstáculo para su adopción por parte de las economías. En muchos países, los combustibles fósiles son más baratos que las fuentes de energía renovables y los costes de las centrales eléctricas de combustibles fósiles han disminuido con el tiempo.
Esto dificulta que las energías renovables compitan con la infraestructura existente. La falta de financiación también encarece la construcción de nuevas centrales.
La inversión en energías renovables suele ser elevada
La inversión en energías renovables suele ser elevada (sobre todo si se tiene en cuenta que pueden pasar años antes de que se vea algún ahorro), lo que significa que es menos probable que las empresas quieran ubicarse cerca de las grandes plantas de energías renovables. Esto suele significar que las mejores ubicaciones para las granjas solares, los parques eólicos, las presas hidroeléctricas, etc., son zonas remotas.
Sin embargo, hay algunas formas de evitar este problema:
- Hacer que las energías renovables sean más asequibles mediante subvenciones gubernamentales o exenciones fiscales puede hacerlas más viables para las empresas;
- La creación de incentivos como subvenciones o préstamos (para las empresas que deseen instalar sistemas de energía renovable) puede ayudar a reducir los costes;
- Ofrecer tarifas reducidas en las facturas de electricidad también aumentará la viabilidad de la instalación de un sistema renovable.
La opinión pública sobre las energías renovables suele estar dividida
La opinión pública sobre las energías renovables suele estar dividida entre quienes las ven como una oportunidad y quienes las consideran una amenaza para el medio ambiente o sus medios de vida.
Algunas personas están preocupadas por el cambio climático y quieren hacer algo al respecto. Otros consideran que la idea del cambio climático es demasiado abstracta o complicada y no saben qué pensar al respecto.
A estas personas les preocupa que el uso de energías renovables pueda empeorar las cosas de alguna manera, pero no están seguras de cómo exactamente.
Las personas que no tienen mucho dinero también suelen estar preocupadas por los planes del gobierno de aumentar las subvenciones para la investigación de energías limpias, porque temen que esto conduzca a un aumento de los precios de la electricidad procedente de fuentes de combustibles fósiles como el carbón o el gas natural.
Los proyectos de energías renovables suelen estar ubicados lejos de los lugares en los que podrían utilizarse con mayor eficacia, lo que dificulta y encarece su transporte.
El problema del transporte de energía renovable a larga distancia es algo que se reconoce desde hace tiempo. Una de las razones por las que no se ha abordado adecuadamente esta cuestión es que resulta difícil conseguir que las personas que trabajan en el sector se pongan de acuerdo sobre lo que hay que hacer al respecto, ya que son muchos los factores que intervienen.
Por ejemplo, es posible que se quiera instalar un parque eólico en un lugar determinado porque se sabe que en ese lugar hay vientos fuertes y se puede ahorrar dinero utilizando menos terreno que con otros tipos de energías renovables.
Este planteamiento puede tener sentido desde el punto de vista económico, pero si esos mismos vientos fuertes soplan a través de un parque nacional en el que han destruido árboles o incluso han matado animales -o han causado otros daños ambientales-, instalar aerogeneradores sería probablemente una mala idea.
La cuestión aquí no es si la instalación de aerogeneradores en lugar de otro tipo de fuente de energía causará más o menos daños en general (aunque esto también es discutible).
El mensaje principal es que los proyectos de energías renovables necesitan lugares donde puedan instalarse sin causar grandes problemas a la sociedad y a la naturaleza.
Si no proporcionamos esos lugares lo suficientemente pronto, es posible que nunca hagamos realidad nuestro sueño de disponer de fuentes limpias hasta que se agoten por completo.
El coste de la instalación de nuevas infraestructuras para apoyar las energías renovables puede ser prohibitivo, especialmente si hay pocos incentivos para que las empresas o los consumidores cambien las fuentes tradicionales de electricidad.
El coste de la instalación de nuevas infraestructuras para apoyar las energías renovables puede ser prohibitivo, especialmente si hay pocos incentivos para que las empresas o los consumidores cambien las fuentes tradicionales de electricidad.
Algunas fuentes de energía renovable, como la energía solar y los aerogeneradores, requieren equipos especializados que pueden no ser fácilmente accesibles en las zonas rurales.
Otras veces se trata simplemente de una cuestión de desconocimiento: si no sabes cuánta electricidad consumes al mes y no puedes permitirte un costoso sistema de contador inteligente con capacidad de monitorización remota (que te permite hacer un seguimiento online de tu consumo de energía), es difícil que tú o cualquier otra persona sepan cuánto dinero están gastando en energía en un momento dado.
Es necesario investigar más sobre cómo podemos hacer que las energías renovables sean más accesibles y asequibles para todo el mundo, para que la gente pueda vivir cómodamente con aire limpio.
A fin de cuentas, hay que seguir investigando cómo podemos hacer que la energía renovable sea más accesible y asequible para todos. Si conseguimos que sea fácil de transportar y utilizar, la gente podrá vivir cómodamente con aire limpio.
Además, si somos capaces de crear paneles solares que sean lo suficientemente flexibles y baratos para los consumidores de a pie, incluso los que viven en zonas remotas podrían aprovechar la energía del sol de forma asequible. Mientras haya gente dispuesta a dar estos pasos hacia un aire más limpio, todo saldrá bien.
Todavía queda mucho por hacer para que las energías renovables se conviertan en una alternativa viable. Sin embargo, hay muchas maneras de promover esta tecnología sostenible.
Por ejemplo, los gobiernos pueden establecer objetivos ambiciosos en materia de energías renovables e incentivar a las empresas y los particulares que inviertan en ellas ofreciéndoles exenciones fiscales o subvenciones en sus facturas de electricidad.
También podrían invertir en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que faciliten y abaraten la producción de energía limpia sin dañar el medio ambiente (por ejemplo, desarrollando células solares más eficientes).